domingo, 30 de octubre de 2011

Suecia dos

Sin tener en cuenta Estocolmo que nos encantó, el sur de Suecia no nos pareció nada del otro mundo, y por lo que hemos leído parece que es infinitamente menos espectacular que el norte del país, adonde no llegamos por falta de tiempo.

Los paisajes del sur se componen básicamente de oscuros bosques, extensas llanuras y algunos pueblecitos y lagos. No está mal, pero no alucina.
Quizás lo que más nos llamó la atención fue la confirmación visual de que en Suecia se disfruta de una calidad de vida envidiable.
Disponen de mucho territorio para muy poca población (hablamos de unos 450.000 km2 para 9 millones de habitantes aproximadamente). Casi todos viven en espaciosas casas unifamiliares, y sin conocer el salario medio, los precios nos parecieron razonables hasta para un salario español.
En Suecia hay inmigración, y suponemos que como en cualquier país receptor también habrá problemas de integración, racismo y xenofobia, pero a diferencia del caso español (por ejemplo) nos pareció comprobar que aquí no se asocia con la misma ligereza que en España la inmigración a la delincuencia.
Y si lo hacen, desde luego que lo que muestran es todo lo contrario.
Un ejemplo gráfico: dando una vuelta un sábado noche por la ciudad de Estocolmo vimos muchos locales de oficinas ocupando una planta baja. Unas paredes de cristal transparente eran lo único que separaban la calle del interior de las oficinas. Es decir, eran como escaparates del trabajo, donde se exponían ostentosamente suculentos ordenadores con gigantes pantallas planas, tentadores equipos de música, indefensas mochilas y abrigos olvidados con descuido en la huida al fin de semana, vinilos, muebles, proyectores... un auténtico paraíso para cualquier ladrón que se atreva con un rápido alunizaje.
Sin embargo no deben ser muy habituales este tipo de robos en Suecia, sería bobo y suicida regalar así todo un equipo de trabajo!

Eso nos hizo reflexionar... y pensamos que podría ser que España tuviera tan mala suerte que sólo recibiera a los inmigrantes más peligrosos, a los criminales más sanguinarios... a los rumanos, latinos, africanos peor educados, con más mala idea, menos empáticos...
O también podría ser que la atmósfera del país de acogida sea menos crispada en Suecia que en España. Que nuestra picaresca se contagia, y el respeto y buen hacer sueco, también. Que las zonas marginales, por desgracia residencia habitual de muchos de nuestros inmigrantes, no sean tan frecuentes en Suecia.
Podría ser que los inmigrantes no son delincuentes por ser inmigrantes, por ser "de color", o ser "panchitos", o "del este"... sino que entre Suecia y España hay más diferencias que las horas de Sol, la temperatura y la alimentación. Pero sólo podría ser...

Y tras esta reflexión sectaria y panfletaria (como seguro diría nuestro querido colega Marcos) paso a recomendar algunos lugares del sur del país donde sí merece la pena parar de camino a Estocolmo.

Por encima del resto destacaríamos las bonitas poblaciones de origen medieval. Algunas conservan un caso antiguo casi simbólico como Ystad, Norrköping o Kalmar. Otras como Vadstena, y sobre todo la ciudad de Visby en la isla de Gotland, mantienen la estructura medieval con estrechas callejuelas adoquinadas, pequeñas casas de piedra con entramado de madera, iglesias con torres puntiagudas e incluso restos de una antigua muralla, como en el caso de Visby.

Las islas de Öland y Gotland nos gustaron especialmente. En Gotland, además de la ciudad medieval encontramos más de 400 ruinas de iglesias medievales repartidas por la isla! Y Öland está poblada de cientos de pequeños molinos de madera muy bien conservados, aunque cerrados al público después de los meses de verano. También hay incontables túmulos funerarios prehistóricos que se ven fácilmente a ambos lados de la carretera. Una maravilla, la verdad.
Pero lo que más nos gustó de Öland, aunque no nos creáis, fue toparnos con nuestra última Aurora Boreal! Sí! Una preciosa y enorme aurora que tiñó de rojo intenso el cielo del sur de Suecia. Aún no entendemos porqué apareció tan al sur del circulo polar, ni cómo tuvimos la suerte de verla.

Otro de los placeres de recorrer el sur fue encontrar vestigios vikingos, como Rökstenen, la piedra rúnica más famosa de Suecia. Está situada junto a la iglesia de Rök, cerca de Vadstena.
Esta antigua piedra de principios del siglo IX recoge el memorial que Varin, padre de Vämod, talló en la roca tras la muerte de su hijo. Además de ver y tocar la piedra, se puede visitar una exposición exterior donde se traduce y se interpreta el memorial rúnico, y donde también se explica la escritura rúnica y las características de la sociedad vikinga. Muy interesante!

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