viernes, 30 de septiembre de 2011

Hacia rutas salvajes

"[...] Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado para que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo. Tal vez parezca que todo eso nos proporcione serenidad, pero en realidad no hay nada más perjudicial para el espíritu aventurero del hombre que la idea de un futuro estable. El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mejor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y diferente cada día. [...] No eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada. Renueva cada día tus expectativas [...]"
Alexander Supertramp

Desde hace algunos días hay una historia externa a nuestro viaje que nos tiene completamente absorbidos.
Antes de salir de Madrid compramos algunos libros para leer durante el viaje, entre ellos estaba "Hacia rutas salvajes" de Jon Krakauer.
El relato es una especie de reconstrucción de la historia de Cristopher J. McCandless, alias Alexander Supertramp, un chaval norteamericano que a prinicipios de los años 90 decidió alejarse de todo lo que conocía, de su familia, su entorno y su posible futuro, para vivir una vida nómada.
Durante dos años viaja dando tumbos por el oeste de Norteamérica, acumulando experiencias de todo tipo, reflexionando sobre sí mismo, sobre la sociedad, sobre la naturaleza y la esencia del ser humano.
Finalmente decide internarse en los bosques de Alaska sin apenas equipo y tratar de sobrevivir en medio de la naturaleza salvaje, cazando, recolectando y disfrutando de la libertad de sentirse dueño de su propia vida. Unos cuatro meses más tarde su cuerpo fue encontrado por unos cazadores. Parece que murió de inanición.

En EE.UU. la historia desató una gran polémica. Unos pensaban que McCandless era un joven idealista que había dado una lección al mundo. Otros decían que era idiota y orgulloso por infravalorar el clima extremo de Alaska y no prepararse adecuadamente antes de internarse en la naturaleza en estado puro.
Después de devorar el libro, debatir durante horas, analizar todos los detalles, y sufrir el coñazo de peli que hizo Sean Penn sobre la historia, nosotros creemos que fue una combinación de ambas cosas.
La historia está llena de matices; la relación con sus padres, sus gustos literarios (Thoreau, Jack London...), su estricta moral, su auto-exigencia, su juventud... entre muchos otros.
Podría pasar por un drama más, sin embargo a nosotros nos ha conmovido, y creo que es porque nos damos cuenta de que el chaval se sirve de ese vagar por el mundo para realizar otro tipo de viaje mucho más íntimo. Un viaje a su interior, un proceso de maduración personal a las bravas. Duro, estimulante y revelador.

Es curioso darse cuenta de cómo la rutina inestable, la falta de seguridad sobre el futuro o la sensación de riesgo o aventura, estimulan la capacidad del hombre para filosofar, para plantearse ciertos aspectos de la existencia o para conocerse a uno mismo.
La sensación de libertad no es comparable a ninguna otra cosa, y todo el mundo debería experimentarla por lo menos una vez en la vida.
A riesgo de que penséis que se nos ha ido la pinza en estos meses, lo cierto es que no sabemos si la lectura de este libro no hubiera afectado igual desde el sofá de casa.

Simplemente queríamos compartir estas reflexiones, y recomendar el libro a todos los que estéis a punto de emprender una "aventura salvaje", sea del tipo que sea.
El relato tiene la estructura de una novela de intriga, es interesante, entretenido, y está bien escrito. Os sentiréis como detectives, y querréis saber mucho más de Alexander Supertramp y de muchas otras personas que arriesgan su vida (en este caso, literalmente), por vivir una vida fuera de los cánones de la sociedad.
Disfrutadlo!

domingo, 25 de septiembre de 2011

Días de Baños y Auroras

Llegamos a Akureyri a finales de septiembre con la idea de que este sería uno de nuestros últimos destinos en Islandia, pero finalmente no ha sido así.
Hay algo que nos retiene incomprensiblemente en este país. No sé si os lo imaginaréis... pero son las Auroras Boreales.
Seguro que quien las haya visto alguna vez sabe de lo que hablamos. Esas luces mágicas que pueblan el cielo en las noches frías han convertido nuestro viaje en algo mucho más emocionante de lo que era en un principio. Nos mantienen en vilo, nos alteran, nos ilusionan y decepcionan. Las necesitamos, las deseamos y las disfrutamos.
Son la droga del norte (ya me avisó mi amiga Minia de que eran adictivas...).

Después de Akureyri hemos tomado la carretera 82, que bordea la costa de la península de Tröllaskagi. Es lo más al norte que podemos llegar teniendo en cuenta que pensamos coger el ferry de vuelta al continente la primera semana de octubre.
Queremos rodear la península para localizar y dormir en los que creemos que son los mejores puntos para ver las auroras.
Esta se ha convertido en nuestra actividad principal, todo lo que hacemos durante el día está condicionado por dónde vamos a pasar la noche y cuándo empieza la caza. Porque se trata de eso, somos cazadores. Nuestra presa no es comestible, pero alimenta el espíritu.

Siempre desde nuestra absoluta ignorancia sobre el fenómeno, hemos desarrollado múltiples teorías sobre el comportamiento de las auroras, y tratamos de anticiparnos y de estar preparados para cuando ocurra.

Por lo que hemos podido comprobar, según nuestra experiencia limitadísima en el tiempo,  las auroras pueden aparecer a partir de finales del mes de agosto y durante todo el invierno, que aquí es largo. Las hemos observado desde las 20h hasta el amanecer. Aunque si después de las 2 de la mañana no han hecho su aparición, es muy probable que ya no salgan.
Las que comienzan antes de las 23:30 aprox.  suelen durar poco tiempo, su luz es menos intensa aunque puede tomar tonos verde brillante, y desde luego son más estáticas que las que salen más tarde.

Podríamos clasificarlas en varios tipos, de hecho hemos inventado una nomenclatura muy científica  para identificarlas y darnos el aviso entre nosotros:

- Rayo láser: Esta aurora aparece por detrás del horizonte. Al principio parece la iluminación de una ciudad lejana, pero no lo es porque no hay ciudades lejanas en Islandia que tengan tanta luz. Luego va definiéndose hasta convertirse en un haz de luz que parece la iluminación de una discoteca lejana... evidentemente, tampoco en Islandia las hay. Su luz es verde y son auroras estáticas.

- Arco: Los arcos son de las auroras más habituales, y suelen ser de las primeras en salir. Pueden ser más o menos definidas y su luz dependerá de esa definición. Cuanto más difuminadas, más blancas, cuanto más definidas, más verdes. Los arcos pueden ocupar todo el cielo, o sólo una fracción, como un arco iris en negativo. No diríamos que son dinámicas porque su movimiento es tan lento que parece que están fijas. Aunque a veces un arco puede convertirse en gusano, y entonces sí sería dinámica.

Arco en Mordor
- Gusano: como ya hemos dicho antes, pueden ser arcos en movimiento. Son estrechos haces de luz horizontales que en un momento dado describen un movimiento de gusano, o más bien de oruga (ahora que lo pienso... por qué no la habremos llamado "la oruga"?). El movimiento es rápido. Estas son de nuestras favoritas.

- Fuego: De las mejores auroras, y de las más difíciles de avistar. No sabemos aún de qué depende que salgan pero hemos pensado que puede ser por el viento, o por el frío. Claramente son de las tardonas, salen después de las 23:30, pero compensa la espera. Podríamos describirlas como pequeñas microllamas que se mueven continuamente dibujando cortinas de luz. Normalmente son cortas a lo largo, y pueden ser cortas a lo alto, entonces su luz no pasa del verde. Si se estiran hacia arriba la base de la luz sigue siendo verde pero a medida que sube va cambiando de color, desde el morado hasta el rojo. Son IM-PRE-SIO-NAN-TES.

- Espiral: Las espirales también son auroras que se hacen de rogar, poco frecuentes pero de una belleza increíble. Son claramente dinámicas, una misma espiral puede tomar diferentes formas en pocos minutos, y normalmente son de color verde. A veces tenemos la suerte de ver espirales de fuego. Eso ya es el no va más porque la espiral se mueve en todas direcciones.

Espiral de fuego en movimiento
- Las maléficas: Estas auroras son preciosas pero dan miedo... son dinámicas, verdes y amorfas, y recuerdan siempre a algo maligno. Pueden ser dedos amenazadores, animales diabólicos, caras de niños, caras de fantasmas, caras de indios, la cara de Groucho Marx...
No penseis que somos unos cagones. Si os dais cuenta, cualquier cosa que se parezca a algo y que esté dibujada con una luz verde en el fondo negro del cielo, por fuerza tiene que dar miedo.
Maléfica feto
Maléfica amenazadora

Maléfica cara de niño
Maléfica cara de Groucho Marx




Encontrar una buena localización es fundamental.
Como es lógico, para verlas con más definición es importante estar alejado de zonas muy iluminadas, como pueblos, pequeñas ciudades o faros. Aunque si no es posible porque no se tenga coche propio, simplemente intentar alejarse de grandes focos de luz ya permitirá verlas mejor. También hay que tener en cuenta el ciclo lunar, a veces la luz de la luna llena despista e ilumina tanto el cielo que no permite verlas con mucha claridad. En estos casos hay que esperar a que la luna se mueva o a que sea cubierta por alguna nube, cosa que ocurrirá con bastante probabilidad.
Por supuesto, hay que buscar espacios abiertos, nada de altos picos ni montañas. Si lo que se quiere es ver una gran aurora al completo hay que buscar un cielo lo más amplio posible.

El gran problema para la observación de auroras es otra vez el tiempo. El gran lastre de Islandia y también lo que la convierte en el lugar excepcional que es. El clima es impredecible y jodido, y para la caza de auroras es fundamental conocerlo.
Puede que durante todo el día haya hecho un sol espléndido, un cielo despejado, y mucho frío. Puede que la localización sea perfecta. Puede que incluso hayan empezado a aparecer los primeros arcos. A las nubes se la suda. Surgen por las esquinas del cielo y viñetean la visión hasta cubrirla de oscuridad. Entonces, se acabó lo que se daba.
Otras veces las nubes están pero no cubren la totalidad del cielo, entonces pueden despistar con luces y sombras que parecen auroras, pero no está muy claro... pues la mayoría de las veces sí lo son. Las nubes difuminan la luz de la aurora y juegan con ellas, y contigo. Es muy frustrante saber que hay auroras detrás de las nubes y no poder verlas.
Por último hay ocasiones en las que las nubes han cubierto el cielo completamente y hasta se ha puesto a llover. Cuando esto ocurre pronto, es decir, antes de las 23h, aún hay esperanzas de que el cielo se despeje y aparezcan. Nos ha ocurrido en más de una ocasión.

El kit del cazador de auroras debe incluir grandes dosis de paciencia y abundante ropa de abrigo. Para que las señoritas salgan tiene que hacer mucho mucho frío. Cuanto más frío mejor. Hay que estar preparado para temperaturas bajo cero y horas de espera.
Y lo más importante, nunca desesperar, a veces tardan mucho en declararse y pueden confundirnos.
Como dice nuestro mejor experto, a veces "parece una mierda, pero no lo es".

Después de compartir todos nuestros conocimientos (o desconocimientos) sobre las maravillosas luces del norte solo nos queda recomendar a todo aquel que decida venir a Islandia a partir del mes de Septiembre que dedique algo de tiempo a buscar Auroras Boreales.
No hay nada comparable a esperar su aparición, o a disfrutar de su visión, bien abrigaditos y sorbiendo Brenninvin, un vodka islandés que sabe a palulú.

Mientras os decidís a venir, nosotros seguiremos disfrutando de lo que nos queda de estancia en la isla.
Durante el día, seguiremos descubriendo nuevas piscinas calientes donde recuperarnos del frío de las noches en vela. Relajándonos en pozas a 40 graditos, nadando para que nuestros músculos entumecidos por la dura espera recuperen su vitalidad.
Preparándonos para lo fundamental, lo que ahora dirige nuestra vida; conseguir una nueva dosis de luces del norte.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Carretera y manta

Kilómetros y kilómetros de asfalto y grava. En ocasiones iluminados por el sol, acompañados por la luna, empapados por la lluvia, difuminados por la niebla, o empujados por el viento...
A través de los cristales los paisajes de Islandia desfilan como en un cinematógrafo, a toda velocidad.
Casi siempre somos nosotros los espectadores, aunque a veces somos los observados.
Una carretera y un horizonte, esa es la esencia de nuestro viaje.
























miércoles, 21 de septiembre de 2011

Morriña

Los que hayáis seguido nuestro blog hasta hoy, habréis podido comprobar que en los últimos dos meses no lo hemos pasado nada mal...
Que si volcanes, que si cascadas, que si Auroras Boreales... La verdad es que la escapada al norte está saliendo redondita, mucho mejor de lo que hubiéramos imaginado.

Sin embargo tenemos que reconocer que aunque estamos disfrutando de lo lindo, y que Islandia es un país maravilloso, las raíces nos pueden, y extrañamos nuestra tierra, nuestro entorno y a veces, incluso nuestra rutina de Madrid.
Por eso la entrada de hoy pretende ser un homenaje a los regalitos que la vida cotidiana nos ofrece cada día y a los que no siempre prestamos atención ni sabemos disfrutarlos como merecen porque la rutina los nubla con sus obligaciones, sus horarios y sus agobios.

Una de las cosas que más echamos de menos es, aunque suene burqués (que lo es), tener acceso fácil a internet. Nos hemos acostumbrado a estar conectados al mundo a través de la banda ancha, y nos sentimos aislados de la realidad al no poder estar al día de las noticias, de las novedades literarias, musicales, (fotográficas... ), de las curiosidades que se cuelgan en la red, o de la evolución de ese emocionante movimiento de protesta social que hoy se sigue fraguando en España.
Aunque sobre todo, creo que lo que más extrañamos es poder comunicarnos libremente con la gente que nos importa.
Suena ñoño, pero es cierto. Echamos de menos a nuestra gente.

Otra de las cosas que nos faltan es poder escuchar la radio en directo, y entenderla, claro.
Despertar con la voz macarra de Ángel Carmona y sus entrevistas acústicas en "Hoy empieza todo", y los fines de semana con la música rara de "Mundo Babel" que no esta muy claro si te despierta o te aturde más que el sueño. Trasnochar para oír las chorradas de "La parroquia del monaguillo"...
En fin, escuchar nuestros programas favoritos o acompañar nuestras actividades diarias con el sonido de fondo de la radio en vivo, y en castellano.
No imaginais cómo hemos agradecido los podcast de "Cowboys de medianoche", mejoraron sustancialmente nuestras tempranas noches de trekking.

Os parecerá una locura pero también hemos echado de menos pasear por la noche de Madrid en verano, en manga corta. Las luces, el ambiente, el calor!
No tener que vestir con gorro jersey y bufanda, ni caminar encogidos por la calle de madrugada de vuelta a "casa".
Hemos tenido bastante suerte con las temperaturas, y presumimos de bronceado tropical (aún no sabemos por qué), quizás sea la falta de vitamina D, pero extrañamos el caloor!
Eso sí, por las noches hemos dormido como ningún verano, tapaditos con un edredón.

Pero si hay algo que de verdad añoramos es sin duda la comida. Y eso contando con que antes de salir nos abastecimos bien de productos de la tierra no perecederos.
No es que comamos mal, todo lo contrario, somos bastante apañaetes, y yo estoy muy bien enseñada: dosis equilibradas de proteínas, vitaminas, fibra e hidratos de carbono (gracias mamá). Sin embargo no es lo mismo, no tenemos los sabores de España, ni los olores!
Nos faltan los platos de cuchara; unos buenos garbanzos, unas lentejas con su choricito y sus patatas, un cocido madrileño y un pote gallego.
Por supuesto, la tortilla de patatas de mamá, las croquetas de chorizo de mi tía Pili o la paella de los domingos en Aluche. Todavía más, la insuperable lasagna de Angelo, no, la pizza! y la pasta con sugo de tomate y parmesano!...
Nota: Que conste que esperamos un recibimiento gastronómico por todo lo alto.

También estamos deseando probar las verduritas recién recogidas de las huertas de nuestros respectivos padres. Qué envidia oírles hablar de tomates, puerros y rabanitos frescos...

Si por lo menos con la pinta de cerveza a 850 ptas. nos pusieran una tapa de aceitunas verdes... porque otra cosa no, pero hay que reconocer que aquí la cerveza es de primera, así que la Mahou puede esperar.
Lo que si nos tomaríamos con gusto es un buen vino. El vino chileno no está mal para entrar en calor, pero los taninos españoles... son los taninos españoles.

Qué morriña nos está entrando al recordar todo lo que no está aquí, y qué hambre!
Si no fuera por las piscinas calientes, la falta de contaminación y ruido ambiental, los boletus de Skaftafell, las Auroras Boreales, y especialmente por no tener que soportar la ridícula batalla política pre-electoral... seguro que ya habríamos vuelto!


Un abrazo grande, nos acordamos de vosotros :)

domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Hay duendes en la luna?

Los alrededores del lago Mývant son fantásticos, y no me refiero a que sean preciosos, increíbles y blablabla... sino a que realmente parecen de fantasía.
En esta zona, todo lo importante que ver está dispuesto a lo largo de la carretera de circunvalación, y a poca distancia entre sí, como si formaran parte de una gran feria. Pero los paisajes que se encuentran son absolutamente contradictorios.

Llegamos desde Dettifoss, así que lo primero con lo que nos encontramos es con Krafla, una región volcánica aún activa, a unos 7 km de la carretera principal.
Pero antes de tomar el desvío pudimos ver frente a nosotros el campo de fumarolas de Hverir, el paso de Namaskard y la cresta de Námafjall. Todo el entorno nos recordó a Landmannalaugar, con sus montañas de riolita y sus tonos pastel, y empezamos a ponernos nerviosos...

En el desvío a Krafla flipamos primero con la planta de energía geotérmica de Kröflustad, que llena el paisaje de laberínticas tuberías plateadas y casetas poliédricas color rojo.
Una enorme tubería doble enmarca la entrada al "planeta" Krafla, y tras aterrizar en Leirhnjúkur todo parece indicar que efectivamente hemos hecho un viaje interplanetario.


Calderas, cráteres humeantes, solfataras de colores nos trasladan a la luna, o a un planeta en su nacimiento.
Atravesamos primero un campo de lava que parecía dorado! tardamos un minuto en darnos cuenta que era por efecto de la luz del Sol...
Caminar en soledad por un lugar tan auténtico y tan agresivo nos hacía fantasear. Nos sentíamos aventureros en un planeta inexplorado. Hasta guardamos muestras de roca para analizarlas en la nave.
Tanto aspirar el sulfuro de las fumarolas nos debió afectar al cerebro...
Un poco más arriba, por el mismo desvío, se llega al enorme cráter Stora-Viti, pero no resultó tan amenzador como esperábamos. Primero porque está inactivo, y segundo porque en su interior hay un precioso lago azul de lo más inofensivo.

El área geotermal de Hverir también es extraterrestre. Más cráteres, más respiraderos y más colores.
La tierra es de color crema, parece piel, y se abre en heridas de ácido, supurantes de pus, de lodo, de algún material radiactivo y maloliente. Agrietada y doliente, burbujea.
El paisaje provoca atracción y repulsión al mismo tiempo.

Cuando dejamos atrás Hverir y Krafla llegamos al bucólico pueblecito de Reykjahlid, junto al tranquilo lago Mývatn, y si no fuera porque también está rodeado de campos de lava, parecería que hemos atravesado un túnel del tiempo.


Dimos una vuelta completa al lago disfrutando de los colores del otoño que han aparecido no sabemos muy bien cuándo ni cómo.
La verdad es que ha sido una suerte seguir aquí en otoño, por una parte por los colores, no imaginábamos ver el Mediterráneo en Islandia. Y por otra parte por la soledad, los turistas se han ido y tenemos todo para nosotros.

Además de los campos de lava, el lago de Mývatn está rodeado de pseudocáteres formados por las lagunas de agua que quedan sumergidas bajo la lava durante las erupciones volcánicas. El agua se calienta y para poder salir abulta la capa de lava que la cubre. A veces  sólo aparecen montículos huecos de roca, y otras veces terminan explotando, creando así pequeños cráteres.

En la costa este del lago hay varias rutas cortas interesantes. Se puede visitar la cueva Grjótagjá con una laguna a 50ºC en su interior. También se puede ascender hasta el cráter Hverfell, un gigante gris que se hace con todas las miradas.
O se puede pasear por Dimmuborgir, que en islandés significa "castillos oscuros", y claramente eso es a lo que recuerda:
Se trata de un curioso campo de lava formado por altísimas catedrales de piedra negra, cuevas y portales. Todo ello está cubierto por vegetación baja que ahora tiene tantos colores y tan brillantes! rojos, amarillos violentos, morados, marrones y algún verde.
El conjunto parece sacado de un cuento. Un decorado de fantasía. Es el lugar idóneo para que vivan duendes, gnomos y trölls. Y puede que sea así...

Resulta que la tradición navideña islandesa dice que los trece hijos de los trölles Gryla y Leppalúði, "los trece chicos traviesos", son los encargados de repartir regalos o patatas, dependiendo de cómo se hayan portado los niños islandesdeses durante el año. Estos trece chicos de la navidad tienen nombres absurdos que hacen referencia a sus platos favoritos o a sus hobbies; Þvörusleikir (Lame-cucharas), Pottasleikir (Lame-ollas), Hurðaskellir (Azota-puertas), Skyrgámur (Traga-yogurt), Bjúgnakrækir  (Devora-salchichas), Gáttaþefur (Busca-olores), y según se cuenta viven en Dimmuborgir.
Durante el verano descansan en sus cuevas, pero en invierno salen para preparar la navidad, y si se está atento, seguro que se pueden ver.

Mientras paseábamos por Dimmuborgir escuchamos algunos ruidos extraños... puede que no fuera el viento silvando entre las grietas de roca, quizás algún duende hubiera salido a estirar las piernas, o a dar un paseo por la luna, ya que le pilla tan cerca...

jueves, 15 de septiembre de 2011

Mordor in the morning

Hace unos días pasamos de nuevo por Egilsstadir, eso significa que ya hemos dado una vuelta completa a la isla! Pero aún no regresamos... Islandia nos tiene atrapados.

En la primera vuelta recorrimos el noreste por la carretera de la costa, dejándonos algunas cosas importantes que ver, así que si el tiempo nos lo permite, el plan es llegar hasta Akureyri por la carretera de circunvalación, e ir parando por el camino en Dettifoss, en el Parque Nacional de Jökulsárgljúfur que es la parte norte del Parque Nacional de Vatnajökull, y en el lago Mývatn y alrededores.
Además vamos a la caza de Auroras Boreales, y esperamos poder ver más dirigiéndonos al norte.
Ya empieza a hacer un frío de la leche, lo que es bueno para las auroras pero no para nosotros. Por las noches tenemos temperaturas por debajo de los 0ºC, y por las mañanas se nos acabó lo de desayunar aceite de oliva porque amanece congelado.

La primera parada la hicimos en Dettifoss, la cascada más caudalosa de Europa. Y a pesar de haber visto tanta cascadita, esta vez sí, Dettiffos acojona.
El agua cae con tanta fuerza que antes de impactar contra el fondo se descompone y parece tomar una textura como de ceniza o humo volcánico. Las gotas se separan, y recuerdan a las imágenes de los astronautas bebiendo agua en el espacio, pero a toda velocidad.
La cascada está conectada por senderos cortos con otras dos cascadas de menor tamaño; Selfoss y Hafragilsfoss. En dirección norte hay otras dos cascadas más, Réttarfoss y Vigaborgsfoss, y las cinco se suceden a lo largo del cañón del río Jökulsa á Fjöllum, uno de los cañones más grandes de Islandia (cómo no).
El paisaje es impresionante. Con todas esas cascadas enormes alineadas, llenando el ambiente de vapor de agua, unidas por un río que serpentea entre dos altas paredes de columnas de basalto... como nos dijo el chaval que conocimos en Snaefells, Jökulsárgljúfur es Mordor.
Es oscuro y sinuoso, y tiene mucha fuerza. Nos encantó.




Dormimos en el aparcamiento una noche, aunque estrictamente no está muy permitido, y pudimos ver de nuevo la Aurora Boreal...
No es por joder, pero vemos Auroras Boreales casi cada noche. Aunque esta vez se hicieron de rogar, nos tuvieron despiertos hasta las 3 de la mañana y salieron solo dos ratitos de diez minutos.

A la mañana siguiente, mientras aún soñábamos con las auroras de la noche anterior, un maldito orco con voz de mujer nos despertó bruscamente recordándonos que no podíamos dormir allí... y nos obligó a levantarnos.
Una prueba más de que estábamos en Mordor... sólo un orco tiene tan poco corazón.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La vida en la furgo. Cómo vivir en 2x1m. y no morir en el intento. (parte II)

Claramente lo mejor de vivir en una furgoneta es la absoluta sensación de libertad... poder dormir en cualquier sitio, desde orillas de lagos, de playas, acantilados solitarios o campos de lava. Bajo puentes, en la rivera de ríos que por la mañana se llenan de pescadores, al lado de granjas abandonadas o dentro de un Parque Nacional. En áreas de servicio de todo tipo.
Sentimos que la tierra es nuestra y los turistas madrugadores nos molestan por las mañanas con sus coches y sus voces.

Encontrar un buen sitio para pernoctar también tiene sus trucos. La principal cuestión que nos lleva de cabeza cada noche es la inclinación. Parecerá una tontería pero es fundamental encontrar un terreno llano. Si aparcamos en cuesta, durante la noche nos escurrimos hacia arriba, hacia abajo, o hacia los lados, aplastando al desafortunado que le haya tocado dormir en el lado malo.
Tampoco puede ser un sitio muy expuesto si hace viento porque entonces los empujones nos despiertan durante la noche, y tampoco podemos cocinar con el camping gaz.
Aunque si hay algo a lo que nos cuesta acostumbrarnos es a salir a hacer pis por la noche... con el frío, la lluvia, el viento, y estando tan calentitos en la cama...
Si ya cuesta salir de la cama para ir a hacer pis cuando estamos en casa, imaginaros que en vez de cruzar el pasillo tuvierais que salir a la calle en pleno invierno, lloviendo, y mear detrás de un árbol. Eso cada noche!
Tenemos super controlada la ingestión nocturna de líquidos para tener que salir las menos veces posibles, y hasta nos hemos planteado comprar un orinal.

Otro posible handicap podría haber sido el tema de la alimentación. Antes de venir pensábamos que íbamos a pasar más hambre que el perro de un ciego, todo el día a base de latas y sandwiches.
Pero la verdad es que nos apañamos estupendamente en la cocina.
Ya nos conocemos todas las cadenas de supermercados de Islandia y tras nuestro riguroso estudio, podemos concluir que Bónus, la cadena del cerdito rosa, goza de una reputación de económica no merecida.
El Bónus sería como el Mercadona islandés. Tiene marcas blancas relativamente de buena calidad (muchas menos que nuestro Mercadona), pero el resto de productos de marcas comerciales son igual o más caros que en otros supermercados.
La carnes y el pescado son casi siempre prohibitivos, aunque a veces hay ofertas de chuletones de cerdo y salmón, que están francamente buenos.
Los lácteos son baratos y deliciosos, y a base de equivocarnos y hacer mezclas raras los reconocemos en seguida.
La fruta también es bastante cara, salvo las manzanas. Las uvas son producto de lujo, igual que los aguacates, el melón, la piña, las ciruelas... Aquí casi todo es importado así que lo compensan con los precios.

En fin, que no comemos tan mal; desayunamos pan con tomate y aceite, pepinillos, requesón o skyr (un yogurt riquísimo). Luego hacemos un lunch como los ingleses a base de fruta, frutos secos o una tapita de paté. Y hacemos el despliegue para la cena. Entonces sacamos el camping gaz, el primus, las cacerolas y todos los ingrediente y nos hacemos unos platos que ya quisieran servir en El Bulli.
Bueno, tampoco exageremos... simplemente comemos civilizadamente, seguimos sanos y rollizos, y tenemos buen color.

Hasta aquí puedo contaros sobre nuestra experiencia sobre ruedas. Podría hablaros también del tema de la convivencia... pero entonces sí que alucinaríais... así que mejor nos reservamos esa información.

martes, 13 de septiembre de 2011

La vida en la furgo. Cómo vivir en 2x1m. y no morir en el intento. (parte I)

Quizás os preguntéis cómo hacemos para sobrevivir día a día en una casa rodante de 2x1m. Algunos ya sabrán de lo que hablo, porque habrán tenido esta experiencia, así que también se aceptan consejos y recomendaciones.
Como imaginareis, no todo es conocer sitios nuevos, dormir en acantilados maravillosos y darnos baños termales. También tenemos una rutina más o menos establecida y necesaria para no volvernos locos.

Por ejemplo, un tema complicado es la higiene personal y la limpieza del "hogar".
El problema no es tanto no poder ducharnos a diario, porque en general no es difícil encontrar algún sitio donde darnos un lavado. Están los campings y las piscinas municipales, aunque claro, hay que pagarlos, y por estas fechas algunos empiezan a cerrar por fin de temporada.
Lo mejor que hemos encontrado hasta ahora son las piscinas del norte del país, donde a partir de las 21h. aprox. el personal que trabaja allí se va, pero deja la piscina y las duchas abiertas para que entre quien quiera!!
Esto no solo supone ducha gratis sino un baño en una piscina increíble para nosotros solos.
Hay piscinas o pozas en las que directamente no hay responsable, sólo una hucha para meter el dinero de la entrada...
Ir al servicio no suele ser un problema, hay gasolineras, bares y sobre todo mucho campo.

Lo más difícil realmente es mantener el "hogar" como tal; acogedor, limpio y perfumado.
Tenemos una distribución que parece diseñada por un ingeniero: una tabla de madera divide en dos espacios horizontales la parte de atrás de la furgo. En la parte superior va la cama, y en la inferior un juego de cajones van encajados como el tetris para aprovechar al máximo el espacio.
Pero como todas las obras de la ingeniería moderna, es en el uso cotidiano donde se destapan todos los errores de cálculo... la basura no tiene un espacio concreto, las bolsas de cocinar terminan amontonadas a los pies del copiloto (no exagero, creo que varias veces he estado a punto de sufrir el síndrome de la clase turista), los bañadores mojados se pasean del salpicadero a los retrovisores, y todas las cazadoras, guantes, gorros, mochilas y bolsas llenas de no sabemos muy bien qué, tienen que ser trasladados a diario de atrás para delante y de delante para atrás. Es un ritual al que ya nos hemos acostumbrado, con el marcamos el inicio y el final del día.
En los días muy fríos hacemos vida en el coche, y hay que tener cuidado con las migas, la bebida o el tabaco.
Eso por no hablar del exterior de la furgo! Después de varios días conduciendo por pistas de gravilla tiene más pinta de polvorón que de coche.
Por fortuna el tema de los olores hemos conseguido solventarlo con éxito. Dos ambientadores de Talleres Gamez C.B. cuelgan de la palanca de cambios, transportándonos con su fragancia a un campo de fresas silvestres.

Otro tema peliagudo es la cuestión de la electricidad. Tenemos móviles, baterías y un ordenador portátil que necesitan alimentarse cada cierto tiempo.
Como a veces somos previsores, instalamos una segunda batería en el interior del coche, conectada a la batería principal para que se vayan recargando al mismo tiempo. La batería interior a su vez va conectada a un transformador con una entrada de enchufe. Todo muy bien pensado, verdad?
Pues para variar, el plan no salió tan bien como esperábamos. La historia es bastante cómica y muy larga de contar, básicamente puede resumirse en que por culpa de un aparentemente inofensivo termo para calentar agua, nos vimos atrapados en un juego de rol de fusibles, baterías, transformadores y pistas falsas.
Incluso podemos decir que había un amo del calabozo, pero el nuestro era más alto y tenía un pinganillo en la oreja.
Finalmente gracias a nuestra persistencia y a la inestimable ayuda del asesor mecánico y manitas de Aluche, Rober "el kroketa", superamos todas las pruebas y nos quedamos con la chica.
Como no hay mal que por bien no venga, ahora somos especialistas en el robo del uso del cobre, y también respetamos mucho más a toda la humanidad que tuvo la mala suerte de vivir antes de la invención de la energía eléctrica.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Va de fotos

Una muestra de lo que encontrareis cuando os decidais a venir a Islandia, disfrutadlas!

Península de Hornstrandir.
Hesteyri (final de la ruta).



Hornvík (minutos antes de casi morir en estos preciosos acantilados).




Fiordos del Oeste.
Costa de Strandir.



Djúpavík y su enorme fábrica abandonada.


Landmannalaugar.
Elefante yaciendo en campo de lava.


Reikjavík.


Arquitectura católica moderna.
Feroe Islands.