jueves, 15 de septiembre de 2011

Mordor in the morning

Hace unos días pasamos de nuevo por Egilsstadir, eso significa que ya hemos dado una vuelta completa a la isla! Pero aún no regresamos... Islandia nos tiene atrapados.

En la primera vuelta recorrimos el noreste por la carretera de la costa, dejándonos algunas cosas importantes que ver, así que si el tiempo nos lo permite, el plan es llegar hasta Akureyri por la carretera de circunvalación, e ir parando por el camino en Dettifoss, en el Parque Nacional de Jökulsárgljúfur que es la parte norte del Parque Nacional de Vatnajökull, y en el lago Mývatn y alrededores.
Además vamos a la caza de Auroras Boreales, y esperamos poder ver más dirigiéndonos al norte.
Ya empieza a hacer un frío de la leche, lo que es bueno para las auroras pero no para nosotros. Por las noches tenemos temperaturas por debajo de los 0ºC, y por las mañanas se nos acabó lo de desayunar aceite de oliva porque amanece congelado.

La primera parada la hicimos en Dettifoss, la cascada más caudalosa de Europa. Y a pesar de haber visto tanta cascadita, esta vez sí, Dettiffos acojona.
El agua cae con tanta fuerza que antes de impactar contra el fondo se descompone y parece tomar una textura como de ceniza o humo volcánico. Las gotas se separan, y recuerdan a las imágenes de los astronautas bebiendo agua en el espacio, pero a toda velocidad.
La cascada está conectada por senderos cortos con otras dos cascadas de menor tamaño; Selfoss y Hafragilsfoss. En dirección norte hay otras dos cascadas más, Réttarfoss y Vigaborgsfoss, y las cinco se suceden a lo largo del cañón del río Jökulsa á Fjöllum, uno de los cañones más grandes de Islandia (cómo no).
El paisaje es impresionante. Con todas esas cascadas enormes alineadas, llenando el ambiente de vapor de agua, unidas por un río que serpentea entre dos altas paredes de columnas de basalto... como nos dijo el chaval que conocimos en Snaefells, Jökulsárgljúfur es Mordor.
Es oscuro y sinuoso, y tiene mucha fuerza. Nos encantó.




Dormimos en el aparcamiento una noche, aunque estrictamente no está muy permitido, y pudimos ver de nuevo la Aurora Boreal...
No es por joder, pero vemos Auroras Boreales casi cada noche. Aunque esta vez se hicieron de rogar, nos tuvieron despiertos hasta las 3 de la mañana y salieron solo dos ratitos de diez minutos.

A la mañana siguiente, mientras aún soñábamos con las auroras de la noche anterior, un maldito orco con voz de mujer nos despertó bruscamente recordándonos que no podíamos dormir allí... y nos obligó a levantarnos.
Una prueba más de que estábamos en Mordor... sólo un orco tiene tan poco corazón.

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