sábado, 3 de septiembre de 2011

Vestmannaeyjar

El primer fin de semana de septiembre visitamos el archipiélago de Vestmannaeyjar. Este se encuentra al sur de Islandia y está compuesto por unos 16 islotes, de los cuales solo Heimaey, el más grande, está habitado.
Aunque Heimaey tiene una pequeña pista de aterrizaje, la mejor forma de llegar es en ferry desde Bakki. Es muy barato, incluso pasar con el coche, y a pesar de que la isla es pequeñita y se puede recorrer a pie nosotros decidimos llevar la furgo para poder quedarnos a dormir allí.
El archipiélago es de lo mejor que hemos visto en el país. Todos los islotes son de origen volcánico y tienen formas onduladas y retorcidas. Las vistas de los acantilados desde el ferry son increíbles. Las paredes son de colores y parecen haberse derretido por el calor de las erupciones. De hecho lo más interesante de las islas es su relación con la actividad volcánica.

Directamente, Surtsey, uno de los islotes, surgió de la nada en los años 60 como consecuencia de una erupción volcánica submarina que duró 4 años!! Ahora es una Reserva Natural y fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO por ser la isla más nueva del mundo. Es una lástima que no permitan visitarla.
Pero los interesados pueden curiosear su web: www.surtsey.is

Por otra parte, Heimaey también tiene una buena historia de volcanes:
Una noche de enero de 1973, el pueblo de Heimaey se despertó dentro de una pesadilla. Una grieta de 1'5km de largo se abrió a pocos metros de sus hogares, escupiendo lava y ceniza y arrasando lentamente con gran parte de la ciudad.
Por suerte sólo hubo una víctima, el resto de la población fue evacuada rápidamente en barcos pesqueros.
La lava avanzó durante 5 meses, destruyendo un tercio de las casas del pueblo. Finalmente consiguieron frenar su avance bombeando sobre el magma agua fría del mar.
40 años después de la catástrofe muchas casas permanencen enterradas bajo el campo de lava y las cenizas volcánicas.
Pudimos visitar un cementerio de casas y el comienzo de un nuevo proyecto de recuperación de los restos sepultados. A este proyecto lo han bautizado como "La Pompeya del norte".
Ahora la isla es 2'5km más grande que antes de la erupción, un nuevo campo de lava se extiende hasta casi cerrar la entrada del puerto.
También subimos a la pequeña cumbre de Edfell, el cráter que se formó durante la erupción, y comprobamos que sus piedras aún continúan calientes!



El sur de la isla no es tan catártico, pero también es interesante. Heimaey termina en altísimo acantilados llenos de frailecillos que acuden en época de cría a las costas de Vestmannaeyjar.



Cerca del puerto pudimos ver a unos chavales practicando un curioso deporte llamado "sprangan", que consiste en descolgarse y balancearse con cuerdas por los acantilados, para entre otras cosas, cazar frailecillos para comer.
Nosotros estuvimos a punto de cenar frailecillo, aunque da un poco de pena comerse a un animal tan simpático.

Finalmente fuimos listos y terminamos durmiendo en medio del campo de lava y cocinando nuestra propia cena, ya que lo mejor del día estaba por llegar...

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