miércoles, 7 de septiembre de 2011

Sandar, Sakaftafell y Boletus

El día 4 de septiembre cogimos el ferry de vuelta a Bakki, estando aún en shock por lo que habíamos visto la noche anterior.
Las Auroras Boreales son tan alucinantes que dejan la sensación de no saber si realmente han ocurrido o todo ha sido fruto de la imaginación.

Nos dirigimos a Vík y Skaftafell, una parte del gran Parque Nacional de Vatnajökull, que es el glaciar/ Parque Nacional más grande de Europa.

Recorrer la zona sur de Islandia resulta bastante cómodo. Desde la carretera de circunvalación hay cortos desvíos a los principales puntos de interés. ¡Por fin se terminaron las eternas pistas de grava del norte del país que nos obligaban a conducir a 15 km/h. durante laaaargas horas!
Por otro lado, al ser más accesible el sur también es más turístico, y extrañamos la soledad de los fiordos del oeste, donde podían pasar varios días sin que encontráramos a nadie.
Sin embargo hemos tenido la suerte de que en septiembre la temporada alta ha terminado y no hay tantos turistas como en meses anteriores.

Hay varias cosas interesantes que ver antes de llegar a Skaftafell, pero lo que más nos llamó la atención fueron los Sandar, que son kilométricas extensiones de tierra inerte. El más más grande del mundo es Skeidarársandur, com 1000 km2.
Estos desierto de fina arena negra y piedras son consecuencia de desbordamientos glaciares que arrastran tierra y grava y que con su avance se tragan campos de cultivo y granjas. En ocasiones incluso se llevan por delante los puentes de la carretera de circunvalación que atraviesan la zona.
En el Centro de Visitantes de Skaftafell vimos un vídeo de la inundación glaciar del 96, ocurrida después de la erupción del Grímsvötn, que arrastró bloques de hielo gigantes durante kilómetros, aplastando todo lo que encontraban a su paso.
El paisaje es fascinante, nos recuerda el poder devastador de la naturaleza.

En el Parque Nacional de Skaftafell hay muchas rutas que se pueden hacer en un dia y que valen mucho la pena.
En una misma ruta se puede ver la famosa cascada de Svartifoss rodeada de columnas negras de basalto, varias lenguas glaciares de Vatnajökull derramándose sobre el gran sandar, o caminar por bosques de musgo y árboles sorprendentemente altos para lo que habíamos visto hasta ahora en Islandia.
Lo que no imaginábamos es que las zonas más húmedas del Parque estaban plagadas, repito PLAGADAS de boletus!! No podíamos creerlo! Había cientos, por todas partes!
Nos volvimos locos recogiendo setas.

Durante dos días nos dedicamos a caminar por paisajes preciosos durante el día y a atiborrarnos de boletus al ajillo por la noche, preguntándonos cuándo este país tan raro iba a dejar de sorprendernos.

Para los incrédulos...

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