domingo, 21 de agosto de 2011

Landmannalaugar - Skogar. Viaje al centro de la tierra.

No sé si seré capaz de describir los paisajes que hemos visto en el camino de Landmannalaugar a Skogar... porque no son de este planeta. Y no estoy exagerando. Cualquier descripción que haga va a quedarse corta así que tendréis que ponerle mucha imaginación.
Llegamos en autobús 4x4 al valle de Landmannalaugar. La verdad es que como la noche anterior estuvimos viendo el partido Madrid - BarÇa en Reikjavik, y el autobús salía muy temprano, fui durmiendo casi todo el camino, aunque siempre con un ojo abierto para asegurarme de no perderme nada espectacular, y menos mal...
La llegada al valle es impresionante, de repente el autobús deja atrás un paisaje lunar y se adentra... en otro planeta!
La tierra parece cobrar vida, las montañas se retuercen en formas casi animales. Helados cremosos de leche merengada. Perfiles muy definidos por un musgo verde brillante que parece terciopelo. Tierra verde, azul, amarilla, y roja, y marrón y negra, y de colores que nunca había visto antes.
La sensación es de caminar dentro de una ilustración de un cómic, a color, a todo color. A veces parece un dibujo de Tim Burton, otras una foto pasada de photoshop, nunca algo real.
Bosques de trolls petrificados, lagos rojiazules, volcanes a punto de explotar, y la tierra azufrosa verde, azul y amarilla que expulsa fumarolas malolientes por sus poros.
Montañas fosforescentes, desiertos marcianos, lunares, de Júpiter!
Y aún con todo, lo dicho, me quedo corta.
La etapa del último día es memorable. Son unos 25km entre Thórsmörk y Skogar. La primera parte es un ascenso un poco duro hasta unos 1000 metros, pasando por cañones, acantilados y valles verde fosforescente. Después la ruta sigue entre dos glaciares, el Mýrdasjökull y el famoso ( e impronunciable) Eyjafjallajökull, aquel volcán que hace un año puso en jaque a todo el tráfico aéreo europeo. Los campos de lava humeantes aún continúan calientes y en el cráter del volcán hay magma en ebullición.
Absolutamente espectacular. Es como viajar al origen del mundo.

Esta ruta hay que hacerla por lo menos una vez en la vida. En general no es una ruta complicada, está señalizada todo el camino y el terreno es bastante cómodo. Cada etapa dura 12/15 km aproximadamente, separadas por refugios con zona de acampada. Hay baños, duchas (con monedas), y literas, cocina y calefacción en los refugios. Lo malo es que suele haber que reservar con tiempo, ya que la ruta es turística y está bastante transitada, sobre todo en verano.
Nosotros acampamos todos los días menos uno porque nos pilló un chaparrón de agua y hielo y por suerte encontramos plaza en el refugio, y pudimos secar la ropa y dormir al calorcete.
El único inconveniente precisamente es el tiempo. Nosotros nos ASEGURAMOS antes de salir de que iba a hacer bueno y nos llovió todos los días por lo menos un rato. Había niebla habitual, viento y frío.
Lo peor es no poder disfrutar de los paisajes cuando baja la niebla, saber que lo que te rodea es increíble y no poder verlo...

Si en Islandia el tiempo es impredecible en las Tierras Altas más. Pero vale mucho la pena, este sitio no se olvida en la vida, ni se puede imaginar porque no se parece a nada real.



Añadimos unas fotos del recorrido para intentar que os hagáis una idea de lo que estamos hablando. Importante: no creáis que hemos abusado del photoshop, es que el sitio ES ASÍ.
Si queréis alguna foto más, solo tenéis que pedirla...




2 comentarios:

  1. Por fin fotitos! me flipan;) quiero más,jeje

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  2. os cabe tanta imagen en la memoria? seguro que la belleza si que se queda pegada al alma y algo rimane por sempre
    me gustaría la que viajera frustrada de tu abuela y el viajero cansado de tu abuelo vieran desde algún lugar lo que disfrutas

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