miércoles, 20 de julio de 2011

Húsavík

Puede que lo que más me guste de este país sea que los ratos de carretera son igual de fascinantes que las rutas o las visitas a los sitios. Es imposible describir la cantidad de paisajes diferentes que podemos ver en un mismo día. Viajamos dentro de 1000 postales.
Llegamos a Húsavík por la tarde. Iba a decir de noche, pero es que aquí nunca se hace de noche! A las 3 de la magnana has visto atardecer y empiezas a ver el amanecer. Qué maravilla el sol de medianoche!
Húsavík es pequegnito, pero vale la pena visitarlo. Por lo visto es la capital europea de observación de ballenas, y eso fue lo primero que hicimos al llegar, salir a buscar ballenas montados en un antiguo pesquero.
Qué emocionante! Al final sólo conseguimos ver un rorqual pequegno, pero lo vimos tan cerca! Además, al rededor del barco pasaban continuamente pequegnas ballenas y delfines blancos, aunque no se veían tanto como nos hubiera gustado. Nos quedamos con ganas de ver una ballena azul, claro... otra vez será.
En Húsavík también se encuentra lo que parece ser la única Faloteca del mundo. Sí, un museo de penes! penes de ballenas de 150cm (que ninguno se ofenda), de elefantes, de caballos, secos o conservados en formol. Había de muchísimos otros animales. Incluso hay tres tíos que han decidido donar sus penes al morir. Los documentos de cesión del miembro en sí están colgados de la pared.
El creador del museo estaba allí, y resultó que había estudiado Historia Latinoamericana y hablaba perfecto espagnol.
Por último recordar la cenita del segundo día... unas cigalas a la plancha que quitaban el sentío!

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